El pasado día 23 de noviembre de 2006, en el programa Hora 14 de la Cadena Ser, entrevistaron al director del Instituto Cervantes, el Sr. D. César Antonio Molina, con motivo de la inauguración de la nueva sede central del Instituto en Madrid.
En el transcurso de la entrevista se le preguntó acerca de cuáles eran las principales funciones que desempeña la sede en Madrid. La sorpresa nos llegó cuando entre ellas, mencionó la de coordinar el trabajo de los más de 2500 trabajadores que el Instituto Cervantes tiene repartidos por el mundo.
¿2500? Rápidamente nos pusimos a echar cuentas para ver de dónde salía ese número. Tomamos como referentes el número de trabajadores que hay en nuestro centro que es uno de los "grandes". Aquí hay un total de 18 trabajadores contratados, incluyendo los contratos locales. Suponiendo que haya una media de 15 trabajadores por centro (y estamos siendo generosos) y teniendo en cuenta que hay un total de 66 centros (algunos aún sin abrir o recién abiertos) tendríamos un total de 990 trabajadores. Redondeando: unos 1000 trabajadores.
Nuestra pregunta fue ¿Quiénes son los 1500 trabajadores que faltan? ¿Lo adivinan? ¡Justo! ¡¡¡Los profesores arrendados!!! ¡Y nosotros sin saberlo!
Visto esto, parece claro que para hacer bulto somos trabajadores del Cervantes, pero para tener unos derechos laborales básicos somos simples arrendados eventuales con el mismo vínculo laboral con el Cervantes que el camarero que viene a preparar los catterings.
Estamos preparando una carta para el director de Recursos Humanos, el Sr. Luengo. En cuanto esté lista la colgaremos aquí.
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5 comentarios:
El camarero que sirve el vino de oporto tiene un contrato en conciciones con su empresa y si resbala y se rompe un brazo en pleno piscolabis seguramemte cobra ese mes y puede pagar el alquiler, los arrendados daremos clase con el brazo roto o viviremos de los ahorros. El cervantes no tiene vínculo laboral con el camarero porque su empresa sí que lo tiene.
Qué os parece si le mandáramos una carta al director de hora 14 para que
contraste con nuestros datos la ocultación que hace el Sr. Molina de la realidad laboral cervantina?
Creo que la ocasión lo merece. Seguramente se llevaría una sorpresa si visitara este blog
Al Cervantes no le interesa hacer contratos con el personal arrendado. Mínimo coste y máximo aprovechamiento - explotación, léase- del personal es su fórmula. Cuando les denuncian en algún sitio - Bruselas, por ejemplo- entonces legalizan la situación de sus trabajadores para que su imagen pública no se dañe. No les gusta la publicidad negativa. Pero si nadie da el paso al frente, tan felices- La única solución al problema es plantarse, ser valientes y denunciarlos. Por las buenas es imposible conseguir algo: te dan largas o no te escuchan. Un saludo para todos y ánimo.
Keep up the good work.
El camarero que sirve el vino de Oporto es un pobre desgraciado que seguramente es incluso estudiante y al que pagan dos duros por su trabajo. Y si se rompre el brazo, simplemente le dan por el culo y ese día no come. ¡Siempre os estáis quejando de vuestra situación! ¡Si tanto os jode ser colaboradores del Cervantes, dejad de serlo!
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