viernes, febrero 16, 2007

Carta enviada al Sr. Luengo, director de Recursos Humanos del Instituto Cervantes

Estimado Sr. Director de RRHH del Instituto Cervantes,

D. Alfonso Luengo Álvares-Santullano:

A principios del mes de noviembre del año pasado, el grupo de profesores arrendados del IC de Lisboa, enviamos una carta a nuestro director D. Ramiro Fonte en la que le exponíamos algunas cuestiones que nos preocupan acerca de nuestra situación laboral. Lamentablemente, no hemos tenido respuesta oficial alguna por parte del Instituto. Es por ello que ahora nos dirigimos a Ud.

Nuestra situación aquí en el centro de Lisboa es difícil de entender y suponemos que también de explicar. Actualmente en el centro somos 2 profesores de plantilla, 2 profesores interinos y alrededor de 20 profesores arrendados.

Ser profesor arrendado, como Ud. sabe, significa que entre el Instituto Cervantes y el profesor no existe ningún vínculo laboral, tan sólo un contrato mercantil de carácter eventual que en absoluto se adecua a la realidad de la actividad docente desempeñada, pues se da el caso de profesores que soportan esta situación desde hace tres, cuatro, cinco y ¡hasta nueve años!.

Entendemos que en sus comienzos, el Instituto Cervantes, ante la incertidumbre del nuevo proyecto, considerara que los contratos mercantiles eventuales eran los más adecuados y los que mejor se adaptaban a ese momento inicial e incierto. Han transcurrido ya más de 15 años desde aquellos primeros pasos y, gracias al buen hacer de todos, el crecimiento ha sido extraordinario: la fama y el prestigio del Instituto Cervantes está presente ya en muchos países del mundo, se han abierto muchos e importantes nuevos centros, se ha multiplicado el número de matrículas en los cursos de Español y el interés general por nuestra lengua y los distintos aspectos de nuestra cultura es mayor que nunca. Sin embargo la situación laboral de alrededor del 70% del profesorado del Instituto Cervantes sigue siendo inexplicable e injustamente igual de eventual y precaria que en aquel 1991.

Los profesores arrendados no disponemos de ninguna cobertura social por parte del centro, pues, como Ud. sabe, formalmente no somos trabajadores pertenecientes al IC, a pesar de que el Sr. Director, D. César Antonio Molina, diga públicamente que el Instituto Cervantes cuenta con unos 2500 trabajadores repartidos por el mundo (Cadena Ser, entrevista en el programa Hora 14 del día 23/11/06) Ello supone, por ejemplo, que, actualmente, una profesora arrendada que decida ser madre se encuentra en una situación de desamparo absoluto, pues, al no ser empleada del centro no dispone de más cobertura social y sanitaria que la que ella pueda pagarse de forma privada. No puede disfrutar de algo tan básico y necesario como es tener una baja maternal, ya que si deja de trabajar, automáticamente deja de tener ingresos, esos ingresos que precisamente necesitaría para pagarse su sanidad privada. De esta forma el problema se convierte en un perverso círculo vicioso.

Por supuesto, no disponemos de vacaciones, ni cobertura para bajas por enfermedad. Tampoco tenemos derecho a subsidios o ayudas por desempleo, ni reconocimiento de antigüedad, ni derecho a becas o a formación profesional. Al no ser empleados del centro también estamos privados de importantes derechos sindicales como el de contar con nuestros propios representantes legales.

Nos resulta cuando menos paradójico que siendo el área académica la única que genera ingresos directos en los centros, seamos los profesores arrendados, responsables del 70% de la actividad docente del Instituto, los que estamos sufriendo esta precaria e insostenible situación laboral. Tampoco sabemos qué criterios son los que aplica el Instituto Cervantes a la hora de decidir que algunos centros (por ejemplo, Atenas) hagan contratos laborales a los profesores arrendado y otros no. ¿Qué tendríamos que hacer aquí en Lisboa, por ejemplo, para tener las mismas condiciones laborales que en Atenas?

Se nos ha dicho ya en varias ocasiones por parte de los diferentes jefes de estudios y directores que la única salida es presentarnos a las plazas de concurso público. Le aseguramos que algunos de nosotros así lo hemos hecho obteniendo con ello una doble frustración, al ver que el nuevo baremo no favorece en nada a los profesores arrendados, ya que elimina prácticamente cualquier posibilidad de conseguir plaza por los méritos realizados cada día en nuestro centro. El nuevo baremo establece un tope de 6’5 puntos por experiencia docente en la impartición de clases, y no valora otros aspectos como el conocimiento de otros centros, la antigüedad como profesor o el número de años colaborando con el Cervantes. Por el contrario, premia con 3 ó 2’5 puntos la realización de "masters" privados, que por su elevado coste la mayoría de nosotros no nos podemos permitir.

Se premia con 1 ó 2 puntos, dependiendo del tiempo, la residencia en el país donde se convoca la plaza, y con 1’5 el conocimiento del idioma hablado en dicho país. Esto que en principio puede parecer una “ayuda” para los arrendados, se ha convertido en un obstáculo insalvable para nosotros, profesores arrendados en Lisboa, que estamos obligados a concursar por plazas en centros ajenos, pues de todos es sabido que las plazas que se crean en Lisboa, se cubren ya en la convocatoria de traslado interno y no llegan a concurso público. De esta forma, con el nuevo baremo, cuando concursamos, por ejemplo, por una plaza en Praga, Varsovia o Rabat, partimos siempre con 3’5 puntos de desventaja con respecto a otros aspirantes residentes en esos países.

Por todo ello, le pedimos a través de esta carta que, por favor, nos dé alguna respuesta concreta acerca de las intenciones reales de la dirección del Instituto Cervantes de atender en algún momento este largo abandono que venimos sufriendo. Le pedimos también que nos aconseje por favor, sobre cuáles son las posibilidades o salidas más viables con las que contamos, según su opinión, para poner fin de una vez a nuestra precariedad laboral.

Le agradecemos de antemano su atención y su preocupación por nuestro problema.

Atentamente,

Profesores arrendados del IC-Lisboa

Lisboa, 23 de enero de 2007.

martes, enero 23, 2007

Entrevista al director del Cervantes en la Cadena Ser

El pasado día 23 de noviembre de 2006, en el programa Hora 14 de la Cadena Ser, entrevistaron al director del Instituto Cervantes, el Sr. D. César Antonio Molina, con motivo de la inauguración de la nueva sede central del Instituto en Madrid.

En el transcurso de la entrevista se le preguntó acerca de cuáles eran las principales funciones que desempeña la sede en Madrid. La sorpresa nos llegó cuando entre ellas, mencionó la de coordinar el trabajo de los más de 2500 trabajadores que el Instituto Cervantes tiene repartidos por el mundo.

¿2500? Rápidamente nos pusimos a echar cuentas para ver de dónde salía ese número. Tomamos como referentes el número de trabajadores que hay en nuestro centro que es uno de los "grandes". Aquí hay un total de 18 trabajadores contratados, incluyendo los contratos locales. Suponiendo que haya una media de 15 trabajadores por centro (y estamos siendo generosos) y teniendo en cuenta que hay un total de 66 centros (algunos aún sin abrir o recién abiertos) tendríamos un total de 990 trabajadores. Redondeando: unos 1000 trabajadores.

Nuestra pregunta fue ¿Quiénes son los 1500 trabajadores que faltan? ¿Lo adivinan? ¡Justo! ¡¡¡Los profesores arrendados!!! ¡Y nosotros sin saberlo!

Visto esto, parece claro que para hacer bulto somos trabajadores del Cervantes, pero para tener unos derechos laborales básicos somos simples arrendados eventuales con el mismo vínculo laboral con el Cervantes que el camarero que viene a preparar los catterings.

Estamos preparando una carta para el director de Recursos Humanos, el Sr. Luengo. En cuanto esté lista la colgaremos aquí.
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